(...)Pueblo se despierta, la huele, abre los ojos y ya no está. Del baño salen sonidos de la ducha. Alarga el brazo para hacerse un cigarro y lo enciende. Ella corta la ducha. Él mira al techo y guiña un ojo para enfocar la lámpara.
-¿Te he despertado?- Ella estaba en la puerta, Pueblo veía su silueta en contraste con la luz de la farola que entraba por la ventana del salón.
-No, me desperté solo.
-Vuelve a dormir.
Ella se mete en la cama y se acomoda en su regazo.
Pueblo termina el cigarro y lo apaga en el cenicero. Ella ya está dormida, él ya no tiene sueño, acomoda la mano en la cadera de ella, mira al techo y guiña un ojo para enfocar la lámpara. Pronto sería hora de despertarse para trabajar. Podría intentar dormir, pero acomoda su mano en el vientre de ella y la acaricia.(...)
Extracto de la "Novelette" que ando escribiendo.
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