20 dic 2016

La cicatriz de mi pecho lleva tu nombre

Quizás pensaste que no me marcaste,
pero ahora mi camino a casa pasa por la tuya.
Y me pierdo si no miro tu portal desde mi coche.
Un camino lleno de curvas que me aleja,
de estar sereno, consciente y entero.

Aunque vuelva a ser yo, y casi no piense en ti,
a veces vuelvo a pasarme por esa cuesta,
e imagino verte esperando a que frene y te bese.
Pero nunca estás.
Y yo tampoco debería.

Que verte era dolor cuando antes era sonrisa,
no poder tocarte arde como ardía el si hacerlo.
Ahora solo soy para caminar por la orilla del frío
que dejaste en tu lado de mi cama, que era el mío.
Y sin darte calor yo me congelo en estalactitas de hambre.

Pero incluso así, fénix, que por la mañana vuelve a volar,
e incluso no piensa ya en ti cuando fuma
hojas verdes que recoge del cielo al caer.
Pero incluso así, roto, por la marca que tengo
cruzándome el pecho con tu nombre escrito.

Ya corto los soplos de vaho que me dejan,
y surcan el cielo con su vino blanco en invierno.
A las 6 de la madrugada un verso colgando,
no me deja soñar y termino contando vasos.
Que saltan por mi mente borrando el rastro de tu pelo.

Aleks Ginsberg "A la orilla del frío"

12 dic 2016

Luz en astillas y una caída anunciada

Hoy la luz se ha despertado en astillas,
que enredan los puntos que le sumo al alba.
Viendo caer genios enganchados al formol
y polvo de estrellas en pastillas y algodón.
Traigo a veces otros puntos de vista.

Y luego camino y tú estás al final
de todos mis pasos, tropiezos y caídas:
Mi ánimo y ciudadela de piedra roja.
La manzana mordida, quebrada y podrida.
El cruce donde mi cabeza suicida enterrarán.

Sabiendo que mi llegada será caótica,
como una quijada con ira en manos de Caín,
un "para siempre" que se queda demasiado corto.
Una granizada que choca en mi pecho y hiere.
Un puñal entre dos costillas que no llega a matar.

Pero no aminoro mi ritmo de pasos y tropiezos,
y lo siento si a veces me sobra algún punto de risa,
o esa niebla que rodea mi cabeza y que me enreda.
Pero quise ser flautista para mil ratas sordas,
traídas en cestas de mimbre roído con barros y lodos.

Cuando llegue haré un nada de todos los demás,
juntare todos los pedazos que dejé por el camino
y así perderme contigo sin excusas para el mañana.
Desvivirme por un agarrarte y dos besos en la mejilla,
venirme arriba cuando el sol se vaya a dormir con nosotros.

Venirme abajo cuando el sol vuelva a brillar alto,
que te tengas que marchar y yo contigo al mundo de nuevo.
No sentir las piernas por la caída que dijiste tendría.
Pero si el sabor a sangre en la boca.
Y aún así sonrío.


Aleks Ginsberg "Un monstruo cruza la ciudad"


5 dic 2016

Retrato de mi autoconcepto.

Desde siempre alto y siempre fuerte,
cicatrices en los brazos y rodillas.
que recuerdan caídas, historias,
y haberse rozado al vivir con el cemento.

La cara enmarcada de betún y nieve rizada:
Una barba espesa y larga que flojea
en un bigote algo menos enredado.
Y el pelo indomable si no es a tijera.

Dientes rectos a base de raíles que arañan.
Unos ojos miopes encerrados en su calavera,
de un marrón normal y blanco roto.
De sonrisa fácil y no por eso bonita.

Siempre riendo y feliz para otras caras,
ocultando lo negro muy dentro de su pecho.
Escondido entre libros y versos intenta
ser como sus escritores y poder volar.

La voz grave y tartamuda que sale fuerte,
y sin embargo no desagrada si es en susurro,
a corta distancia y entre sábanas y abrazos.
Alguien fácil de escuchar y no siempre de entender.

Cada día más valiente y aún así cobarde.
Con unas ganas de vivir que no le hacen justicia,
a los años que con canas llegan y se quedan,
sobre una estampa aún fuerte y ancha.

En la oreja un pendiente que a veces olvida,
un anillo perdido en  Noruega en la mano derecha,
los muslos marcados de ebriedad y reto,
y en el cuello siempre algún colgajo.

Marcos Gomet, retrato de Aleks

4 dic 2016

Amén

Atrás de toda inquietud                                                 
cuando me disponía a olvidar                                       
todo aquello por lo que yo había luchado,                         
esperé un segundo y fue entonces cuando                                             
me vino la imagen del lugar donde te vi.

Fue allí donde coincidimos,                                                         
no pudo ser en otro lugar                                                 
pues como bien me dijiste:                                                       
no importa nada sino tú.                                                

¿Sabes dónde estamos?                                                   
¿Recuerdas lo que fuiste?                                                    
Eso es lo que quiero rescatar.                                                  
Te he echado de menos,                                                          
allí donde hayas estado                                                          
piensa que yo no he seguido                                                          
pues no tenía por lo que vivir                                                       
pero ahora que te tengo                                                              
me arrepiento de todo.

Entonces dije Amén,
fue tanta la emoción
que no pude más y
caí al suelo y lloré.
Sé que has llorado
y que lo necesitabas
entonces te besé.

Ahora que he cerrado tus ojos                                                    
y que he dejado la puerta abierta,                                                  
bien sé que estás pensando en mí                                            
y como tantas veces aún no he                                        
podido dejar de fijarme en ti.

Ahora que nadie puede mirarnos,                                    
mírame como nadie me ha mirado.                                     
Quiero estar contigo una vez más,                                         
hazme sitio y abrázame                                      
como nadie me ha abrazado.                                           
No tengo nada que perder pero                                                  
sé que mañana ya no estarás.

Entonces dije Amén,
te quiero tanto que
acabados tus besos
caí al suelo y recé.
Tú me has mirado y
extendiste tu mano
por eso te miré.
Entonces dije Amén,
tan sólo es el amor
que siento hacia ti
el que me hace volver.

Si yo he hecho algo
que te haya enfadado,
por favor, perdóname.
Entonces dije Amén,
este rincón del alma
está lleno de luz pero
hay sitio para ti también.
Oh, estabas tan cerca
que eras realidad
pero acabado el sueño
miré al cielo y lloré. 

3 dic 2016

Un loto volando para tres latidos.

-Primer latido-
Un quejido del viento es menos peligroso,
si te llega mientras arañas la corteza del vino,
o mientras recoges tu ropa del suelo de mi habitación.
Tratarme de usted si me vuelvo a ver en el espejo,
y no responder si no es a golpe y puño.

-Segundo latido-
Pastorear cientos de telarañas corruptas,
que no ceden su aire al volar de flores,
ni al tintinear de luces de los que no tenemos sueño.
Con sorbos de café, un dos por dos a destiempo,
al llevarte a casa después de mordernos.

-Último latido-
Dejemos de ser y no volvernos a ver.
Traigamos un futuro y volvámoslo pasado,
si tus pestañas quieren besarse con las mías,
déjalas tocarse mientras yo te agarro
para que no te escapes volando en tres latidos.


Aleks Ginsberg "An endless mind"