21 ene 2017

De alguna forma, ella.

De alguna forma muy común irrumpe en la sala,
una cabellera del color de un recuerdo con arrugas.
Por muy común que venga, mi mirada aparta al resto,
y le hace camino para que entre y me mire.

De alguna forma consigue ponerme nervioso,
que me tiemble el pulso y sin querer baile sin zapatos.
Me parto en mil trozos por cada vez que la abracé
y le susurré al oído todo mi ser en tierra seca.

Regreso de un tiempo de cobardes escondidos,
que se quieren y unen entre gritos silenciados.
Aún así para mí era una agonía el periodo entre besos.
Esperaba ansioso su vuelta por mi calle cuando venía.

Los colores de nuestra bandera son los de las sábanas
donde nos escondíamos para no mirar a nadie más,
cuando el mundo éramos nosotros y ni un alma enterada.
Tu eras en quien me escondía cuando sonreías.

Aleks Ginsberg "La niebla da paso al hielo"

17 ene 2017

Haikus Creéper

La chica que me gusta

Baje tus bragas
Subieron sus calores
Nadie mas puede


Paisaje Charro

Aire en cara
La dehesa helada
Escarcha blanca
Resultado de imagen de dehesa helada

Este chacal no volverá a volar

Con la locura menos cuerda que se puede querer,
necesitar el gran paso del café a algo más fuerte,
para poder pasearme de nuevo entre sábanas mojadas,
una cabellera insana con dos piernas firmes que me agarran.

Cuando el primer crack de nudillos resuena en las paredes,
encuentras una razón no más absurda que un silencio atrancado
en un pasillo por las puertas cerradas con llaves confundidas.
No sé hablarle si no es con los dedos en las costillas.

De la equidad similar a la trabajada entre escombros y trincheras,
nace un Buda famélico que medita con un dedo en la llaga,
de guerras que duran mil años y solo terminan con el necio,
colgado, fusilado y quemado a la puerta de su casa.

No se caminar sin la miel untada en las palmas de las manos,
miel que derrama las piedras de su casa cuando si esta,
pero que se endurece cuando falta y corta mis dedos que caen,
para sembrar hiedra y robles que trepen y tapen sus ventanas.

Solo necesito otra noche de dentadas altas al cielo,
trepar máquinas, vino de brick y fluir a oscuras,
si me acompañan historias de francesas que nos bailan.
Descender escaleras agarrados del cinturón y caídas.

Si se cae el filtro de mi cigarro al matarlo señalo
con el dedo el charco y sonrío por poder escuchar,
al fuego morir y ser yo su verdugo al fin aunque sepa,
que el fuego será quien me mate a mi primero y para siempre.

Volando aseguro mi entierro en lo más alto de la colina,
para acompañar al fantasma menos liviano cuanto más muerte pasea.
¿Cuánta pasearé yo con mis hombros cuando deje de volar?
Sobre mi lápida un anillo me despide untado en champán.

Este chacal no volverá a volar

Reno mirando a cazas. 2ª Guerra Mundial


14 ene 2017

Destierros y desentierros bajo un roble.

Las repeticiones que vengan deben ser libres,
para romper con la quimera de sus párpados,
que me enganchan y mienten si me dicen:
Solo soy así contigo.

Solapo un aplauso con un tortazo mal dado
en un costal ya rojizo y roto de un siseo.
Pero nunca doblegado si no es a besos y mordiscos.
Nunca quise ser así con ella.

Rompo momentos para adelantarme a los cerezos locos,
que adornan las laderas de sus fauces cuando ríe.
Un bote de esmeralda opaca aguantará mis sesos rotos.
Ha habido despedidas mejores.

Ramos de flores para el destierro del poeta que nunca vuelve,
dos paladas de cal al desentierro si me trae de reir y llorar,
quererla un poco menos se antoja de un imposible añil.
Mi casa bajo el viejo roble es para ti.

Aleks Ginsberg "Sombras de niebla"

8 ene 2017

Manada de enjambres y jaurías, pero nunca rebaño.

Oigo como los lobos llaman a mis pasos
desde el claro más alto del bosque.
Escucho como gritan mi estampa.

Los abrazo y soy uno más de la manada,
de pelaje negro con tonos rojizos.
Unos colmillos de marfil ahumado.

Me despido del hormigón y fuego,
en los bosques seré más libre sobreviviendo,
que entre cuatro paredes durmiendo con tos.

Allí solo pienso en enfrentarme al día que venga,
y que ese día no tenga un mañana para vagar.
Un viaje que todos tendemos a temer.

Viaje con siete eternidades caminando
por una orilla de roca tosca y cortante.
Estar muerto se me antoja parpadeo sin fin.

Por eso aquí cabalgo entre arbustos sin miedo,
sin arraigo y sin estirpes sagradas convivo.
Aquí sobrevivir se me hace más vivir que nunca.

Por eso mi manada nunca será rebaño de nadie,
y son más libres sin la seguridad de un mañana
que trescientos futuros seguros en la ciudad más capital.

Entre árboles nunca reinan los cepos ni trampas,
solo las dentelladas al cuello y la fuerza de la manada.
Más humanos somos siendo lobos que caminando.

Aleks Ginsberg "Tormes"

3 ene 2017

Álbum de errores con un solo de trompeta.

Por siempre detrás de un ladrido,
que suena poco a quejido comparado
con los aplausos al final de mi función,
a la que niegas tus pupilas y taconeos.

Ayer fue igual que los recuerdos que tengo
de un pasado mañana nada lejano y de color rojo.
En carne y cuerpo un trasquilado hola,
disimula por la cola al no querer entrar.

En un paseo rodeado de "no me acuerdo de ti",
para llegar a algún lugar de quien fui antes de las canas.
Siento calor dentro donde antes hubo un campo de nada
y nanas antes de irme a la cama de sábanas de plomo.

No querer salir de aquí hasta que no encuentre un sol
con muchos tonos azules para poder recordar,
lo que escribo en este álbum de errores donde tú
eres el índice y el pie de página de todos los capítulos.

Echo leña al trote mal traído de mil reyes,
que anidan bajo una luz de caricias y puertas abiertas.
Mientras destruyo lo oculto de mi en ti no diciéndote
nada cuando te meces por mi lado y yo te miro.

Ya no vendrás a mi jaula de piedra y pólvora,
a pesar de la calidez de mis abrazos y risas,
sin tener en cuenta mis llaves al cuello,
ni mis ojos siempre vacíos ya sin tus caderas.

Aleks Ginsberg "Calidez"

1 ene 2017

Quiero que seamos dos olivos.

Un rayo de sol me persigue cuando cruzo la calle,
un monstruo cruza la ciudad de norte a este.
Yo ya no se como combatir al miedo que me das.
Sobre hojas de miel y canas de un antaño añejo,
coces para crines de trigo que ya no me enredan.

Aplausos a oscuras en un teatro cerrado y vacío.
Contradicciones en cruces rápidos, embraga y frena,
corrompe con óxido todos mis clavos,
y hazme así más feliz que nunca.
Yo me encargo de los gastos de la cripta.

Prendiendo una vela en el corazón para que haga sombras
en las paredes de mi memoria hechas de ti.
Desangrando la granada que late dentro de mis versos,
por un punto de vista mal traído a la cueva que barro
cada mañana al mirar por la ventana queriendo comprender.

¿De donde salen los pájaros que nunca anidan?
Del origen de mis ronquidos al perseguirme
¿Donde dormirán cuando se cansen de volar?
Que yo ya no los querré dentro de mi,
pero reconozco que al final siempre abro las puertas.

Ven a regarnos después de enterrar los pies en ladrillos,
dejarnos crecer y enredarnos como planta torcida,
ser dos olivos frente a unos seres que no entienden,
que los golpes del mar en la roca desgastan menos,
que los de los silencios y la indiferencia.

Déjame remar este cristal hasta un atardecer descompuesto
en colores cálidos al principio y crema casi al final.
Sin duda recordaremos solo los fríos con los que pintamos
nuestras puñaladas traperas, galopes y viajes a la mierda.
Recordando ser siempre menos fuerte sin un aroma que seguir.

Aleks Ginsberg "Helada"