17 abr 2018

Mis retinas en los rincones de tu pelo

Tus pisadas en el charco quieren una cita a ciegas con mis retinas, y ellas no se niegan. Solo quieren de testigo a la humanidad entera para que nos mire y por fin brille con ese toque de atardecer dormido.

Tú y yo a la misma altura, tú subida en un escalón y tus pisadas susurrando a mis pupilas, que ya está, que después de tanto perderme te he encontrado, y que ahora puedo ser y estar tranquilo. Que llueva si tiene que llover, que tus pisadas volverán a los charcos y de ahí a mis retinas. Que vengan todos los hierros al rojo que tengan que venir, que no podrán marcar nuestros rostros de mañana desvelada.

Me prometes que aún no he descubierto todos los rincones de tu pelo, que siga buscando un rato más, pero te digo que si sigo, volveré a perderme, y tu pasos tendrán que volver a pisar todos esos charcos para encontrarme dormido y agazapado debajo de un abrigo, aunque no tengamos frío.

Me doy cuenta que no se soltarte de un abrazo y busco siempre lo eterno en él, pienso si al apretarte mucho contra mi pecho te quedarás pegada a mi y conmigo, buscando los rincones en mi barba y esquivando hierros al rojo, y cuando llueva, si tiene que llover, me pregunto si tus pupilas también querrán una cita a ciegas con mis pisadas en el charco.


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