4 jul 2019

Hic sunt dracones

Nace cada día con aquel tormento
de saber quién es y no poder cambiarlo. 
Se despereza y despedaza en demasiados trozos;
en la estantería, enmarcada la fotografía 
parece que aún le grita que no puede volver.

Lo peor sería dejarlo solo con sus pensamientos.

Arrastra el cuerpo, por detrás va la mente,
que aún vive entre aquellas paredes de nadie,
las de pensamientos malos, cigarros a solas,
y no saber dormir. Aún no saber dormir.

Tirita con el olor a café que le despierta, revive y mata:
Necesita dormir mejor después de ella.
Prende el papel y aspira hasta el fondo:
No debió dejar que mirara en su interior.
Cabalga lejos y el viento le recuerda:
Nunca llegaste a enseñarle a conducir.

Ahora se sienta hasta que sea la hora
de volver a intentar dormir,
sin sus buenas noches ni los descansa de ella.
Sentado piensa en escribir todo lo que piensa,
y espera a que su mente le alcance,
pero de su cabeza solo sale la frase:

"Me queda sobrevivir en un mundo de ratas y serpientes"

Así que ahora le toca luchar con los dragones de su mente;
Esa es su verdadera supervivencia
antes de volver a tumbarse para no saber dormir.
Aún no saber dormir.




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