En el súbito silencio
de la noche soñaba
que te perdía:
dormido soñaba despierto,
soñaba de noche y
soñaba de día.
De la oscuridad más cierta
había una luz que lucía,
me vino la imagen
del amplio cerco
pero la idea se perdía.
Negra morada de sombras
que al sueño arrulla
y trae sequía:
sed de algo que yo soñaba
y el sueño era sueño
porque se repetía.
Hoy la noche hace historia
paralela realidad,
absorto me ponía
una estancia en la esencia
de los sueños:
no en la tuya pero sí en la mía.
Una vez tuve un sueño de color blanco (y no la muerte precisamente) durante 3 días seguidos... ¿qué lo hace posible: la fuerza o el temor?
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