12 dic 2016

Luz en astillas y una caída anunciada

Hoy la luz se ha despertado en astillas,
que enredan los puntos que le sumo al alba.
Viendo caer genios enganchados al formol
y polvo de estrellas en pastillas y algodón.
Traigo a veces otros puntos de vista.

Y luego camino y tú estás al final
de todos mis pasos, tropiezos y caídas:
Mi ánimo y ciudadela de piedra roja.
La manzana mordida, quebrada y podrida.
El cruce donde mi cabeza suicida enterrarán.

Sabiendo que mi llegada será caótica,
como una quijada con ira en manos de Caín,
un "para siempre" que se queda demasiado corto.
Una granizada que choca en mi pecho y hiere.
Un puñal entre dos costillas que no llega a matar.

Pero no aminoro mi ritmo de pasos y tropiezos,
y lo siento si a veces me sobra algún punto de risa,
o esa niebla que rodea mi cabeza y que me enreda.
Pero quise ser flautista para mil ratas sordas,
traídas en cestas de mimbre roído con barros y lodos.

Cuando llegue haré un nada de todos los demás,
juntare todos los pedazos que dejé por el camino
y así perderme contigo sin excusas para el mañana.
Desvivirme por un agarrarte y dos besos en la mejilla,
venirme arriba cuando el sol se vaya a dormir con nosotros.

Venirme abajo cuando el sol vuelva a brillar alto,
que te tengas que marchar y yo contigo al mundo de nuevo.
No sentir las piernas por la caída que dijiste tendría.
Pero si el sabor a sangre en la boca.
Y aún así sonrío.


Aleks Ginsberg "Un monstruo cruza la ciudad"


No hay comentarios:

Publicar un comentario