20 dic 2016

La cicatriz de mi pecho lleva tu nombre

Quizás pensaste que no me marcaste,
pero ahora mi camino a casa pasa por la tuya.
Y me pierdo si no miro tu portal desde mi coche.
Un camino lleno de curvas que me aleja,
de estar sereno, consciente y entero.

Aunque vuelva a ser yo, y casi no piense en ti,
a veces vuelvo a pasarme por esa cuesta,
e imagino verte esperando a que frene y te bese.
Pero nunca estás.
Y yo tampoco debería.

Que verte era dolor cuando antes era sonrisa,
no poder tocarte arde como ardía el si hacerlo.
Ahora solo soy para caminar por la orilla del frío
que dejaste en tu lado de mi cama, que era el mío.
Y sin darte calor yo me congelo en estalactitas de hambre.

Pero incluso así, fénix, que por la mañana vuelve a volar,
e incluso no piensa ya en ti cuando fuma
hojas verdes que recoge del cielo al caer.
Pero incluso así, roto, por la marca que tengo
cruzándome el pecho con tu nombre escrito.

Ya corto los soplos de vaho que me dejan,
y surcan el cielo con su vino blanco en invierno.
A las 6 de la madrugada un verso colgando,
no me deja soñar y termino contando vasos.
Que saltan por mi mente borrando el rastro de tu pelo.

Aleks Ginsberg "A la orilla del frío"

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