La quise matar,
y sin embargo,
me premia la honestidad
de cuidarla.
me quise deshacer,
desde dentro,
para ahorrarme el dolor.
Todo para rehacerme.
Hice dos bandos
y una carretera en medio.
Caminé sobre ella y me dolió.
Rompí brea y me quemé.
Supe el acero, y me derretí.
La busco por las calles,
y sin embargo,
me premia la honestidad
de no tenerla.
Otra vez me despierto para escribir, esta vez escribe el dolor y el ardor. Volvemos a la carretera, querida oscuridad.
ResponderEliminarrehacerse es más fácil de lo que parece, alejarse de una mujer no lo es tanto.
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