No conozco a Dios, pero he oído todas sus atrocidades,
y puede que gobierne cuando hayamos olvidado nuestros nombres.
Sinceramente, espero verte antes de mi condena,
para ver si tu reconoces el rostro que llevo ahora.
No conozco a Dios, pero he oído que ya murió,
y está maldito el camino de mis tropiezos y aciertos.
Sinceramente, odio el nombre de esta historia,
deseo que muera el hombre que está en la mira.
No conozco a Dios, pero he oído que a veces viene
y visita una obra a telón cerrado por la quijada de un hermano.
Sinceramente, vivo demasiado cuesta abajo y por eso debo
mandar al infierno y su dolor el insomnio que arrastro.
No conozco a ningún dios, pero he oído su nombre,
y siento la fuerza que me viene de dentro y fluye.
Sinceramente, ningún costillar podría aguantar tanto,
al tumbarme ya no sueño y tan solo pienso en revivir.
No conozco a ningún dios, pero he oído tu nombre,
y quiero oírlo desde mi garganta cada vez.
Sinceramente, estoy petrificado del frío que vino,
tras aquel mal vino de botella que terminamos.
Conozco a algún demonio, el que vive dentro de mi,
y a derrota y lucha pelea por salir y ganar.
Sinceramente, lo atrapo y derroto siempre pero,
se alimenta de mis largas horas por venir.
Cuando vuelvo al portal de tu casa,
a veces consigue salir.
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