19 oct 2016

Tu sedal para mis muñecas.

Sal en la nariz para poder cantar,
toses desde el diafragma hasta la lágrima.
Que no me siento tan roto ni negro,
cuando al salir la luna me llueve un beso.

Insomnio enrojecido en el techo,
cuando las vueltas que doy no me dejan
buscarte entre mis mantas, no merece la pena,
al saber ya que mis dedos no te verán.

Vinagre en tragos cortos sin hielo en vasos de litro,
morros largos con trenzas que ondean para nadie,
A la oscuridad de mi camino a casa le gusta saber
que vuelvo otra vez con las manos en los bolsillos.

Disparamos piedras a nuestros propios cristales,
acompañados por un suave calor que nace en mi,
adentro, oculto, como un rayo que me cruza.
Que no te de si no quieres ser aquí conmigo.

Me cortaré las manos de tanto tirar hacia mi,
del sedal que me ata las muñecas y me aprieta,
y me obliga a quedarme quieto y esperarte.
Pero tiro y tiro para poder correr y huir.

Y así esperarte más rápido aquí.

Aleks Ginsberg "Road home"

No hay comentarios:

Publicar un comentario